VIAJE DE ESTUDIOS (1-4)
Ya habían pasado tres meses desde la desaparición de Saray, sin tener ninguna clase de noticias. Chang se encontraba muy preocupado, sabía que su amada lo estaría pasando muy mal, estaría sufriendo, sola, sin nadie a su lado. Se imaginaba un sinfín de situaciones, por su mente se paseaba un montón de imágenes desde prostitución hasta estar muerta y todo seguro por haberlo ayudado, pero una cosa tenía claro, si nadie se había puesto en contacto con ellos, con sus familias tanto de ella como de él, eso quería decir que todavía había esperanzas de encontrarla con vida.
Se acordó de alguien llamado Juan, que se había alojado en el hotel con su grupo de estudiantes y que su familia se dedicaba a trabajar en el puerto. Juan y Chang se hicieron muy buenos amigos, nadie lo sabía, pues Chang lo tenía muy en secreto. Cuando se fue de la isla, el móvil donde tenía todos los números de teléfono de sus nuevos amigos, incluido el de Juan, los amigos de planta, asimismo el de Saray. También cuando vio dormida a Saray aquella noche miro su teléfono y copio todos sus teléfonos de la agenda de sus constato. Cuando regreso a su casa escondió el móvil en el jardín. Como todos los niños, a ciertas edades solían tener un escondite donde guardaba sus grandes recuerdos y juguetes para que su malvado padre no se los rompa y del cual nunca nadie había tenido conocimiento de donde estaba. En el escondite todavía se encontraban recuerdos muy queridos, hasta una foto de su madre muerta. Nunca le explicaron cómo murió, solo un día vio salir a su padre con las manos llenas de sangre y al entrar su madre muerta en el suelo y unos hombres tapándola con una alfombra y llevándosela. Ese es el último recuerdo de su madre.
Su padre siempre le quitaba todo lo que quería, todo lo que amaba. Decía que nunca un hombre de su condición debe mostrar piedad por nada, ni siquiera por sus seres queridos. Le decía que solo debía mostrar sentimientos y lealtad a su propia familia, solo a sus hijos, solo al que un día ocuparía su lugar y solo a su madre, a quien le dio vida al mismo. Un día le dijo muy serio y sujetándolo del brazo; y si la familia te pide matar a tu esposa o a tu madre a cambio de tu vida, debes hacerlo, tu eres el jefe y debes enseñar con el ejemplo. Fue al escondite, se percato que nadie lo siguiera, que nadie lo estuviera vigilando. Estaba en el tronco de un árbol, por un lado estaba hueco, tenía una grieta y una apertura. El hizo de niño una tapa de madera, no se notaba la diferencia del tronco, parecía que todo pertenecía al árbol. Le quito la tapa, metió la mano sacando sus más preciadas pertenencias, entre ellas una bolsa, dentro un móvil, le quito el envoltorio, le puso la tarjeta que estaba suelta y busco el numero, empezando a sonar. De repente una voz, era de hombre, no era de Juan, colgando en el momento, pues la verdad se asusto de no escuchar la voz de su amigo. De pronto suena el móvil, es el mismo número que acababa de llamar, lo coge y escucha; ¿Eres tú?
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